Es difícil concebir el mundo moderno, sin la electrónica. Fuentes de poder ininterruptibles (UPS), variadores de velocidad de los motores, balastros electrónicos para la iluminación fluorescente, computadoras, etc, existen en todas las empresas e industrias de hoy en día. Su utilidad y la comodidad que nos brindan, es innegable. No obstante, nos han acarreado un grave problema para la distribución y consumo de electricidad: Las armónicas de corriente.
Podemos hacer la analogía del concepto de distorsión armónica, con una “Malformación” de la corriente eléctrica que llega a nuestras casas y a nuestras empresas. Esta “malformación”, esta originada por los equipos electrónicos que consumen energía eléctrica de una forma “No Lineal”, es decir, de una forma no continua en el tiempo. Esta forma de consumir electricidad, provoca que la forma de onda sinusoidal de la corriente eléctrica, se distorsione.
Esta distorsión se puede descomponer en diferentes componentes, conocidas como armónicas. La mayor o menor presencia de armónicas, se mide con una magnitud conocida como THD (Total harmonic distortion) por sus siglas en ingles.
Ahora bien, la presencia de armónicas en una instalación o red de distribución eléctrica, puede acarrear innumerables problemas, tales como los siguientes:
Sobre calentamiento en los conductores, especialmente en el neutro de las instalaciones.
Disparos intempestivos de interruptores automáticos
Disminución del factor de potencia de una instalación y envejecimiento e incluso destrucción de las baterías de condensadores utilizados para su corrección.
Vibraciones en tableros eléctricos y acoplamientos en redes de telefonía y de datos.
Deterioro de la forma de onda del voltaje y consiguiente mal funcionamiento de los aparatos eléctricos.
Calentamiento y degradación de los motores eléctricos
Degradación del aislamiento de los transformadores y perdida de su capacidad de suministro del voltaje correcto
TODOS ESTOS EFECTOS ACARREAN PERDIDAS ECONOMICAS A NUESTRAS EMPRESAS.